miércoles, 16 de septiembre de 2015

¡Nos mudamos!

Bueno, he decidido cambiarme de blogger a wordpress. Sinceramente, me gusta más la edición del diseño de blog, me resulta más fácil para escribir y me parece más completo. Creo que era necesario avisar por aquí porque no quiero pillar a nadie desprevenido, este blog seguirá abierto un tiempo mientras decido finalmente si me quedo o no en wordpress.
Solo cambio de página web y diseño, las entradas son las mismas, de hecho ya he importado todo lo que había en este blog, y el estilo de las entradas será el mismo. Espero que sigáis leyéndome, comentando y sintiéndoos identificad@s con mis textos, que esa es la razón por la que escribo. Y ya sabéis, ¡a seguir el nuevo blog y a seguir leyéndome!
Muchas gracias a todos los que me leeis y me seguís. Beeeeeeeeesos <3

Dejo el enlace aquí: Hunting for freeedom

sábado, 12 de septiembre de 2015

Soy fan de ti.


Soy fan de las relaciones a distancia, porque creo que están hechas para valientes; de los besos con sentimiento, porque son los que de verdad tienen sentido; de las pelis de amor y de los libros románticos, porque soy una cursi; de las noches de manta y peli, creo que no hace falta decir por qué; de la música y de la escritura, porque es la única manera que tengo para sacar lo que llevo dentro.
Soy fan de los mayores que siguen siendo niños, porque se niegan a perder su esencia; de las sonrisas, de las carcajadas y de las lágrimas; de los propósitos a fin de año, a mitad de él, o cuando sea; de las personas que luchan por cumplir sus metas, de las que se levantan después de una caída y de las que siempre buscan una razón por la que sonreír; de las que se lanzan a la piscina, o al mar; de los que todavía tienen sueños y se niegan a dejarlos a un lado, de los que los cumplen; de los amantes que luchan por amor y de los que ganan la batalla; del chocolate, la pizza y de una buena hamburguesa; de los abrazos que duran más de 10 segundos, de dos labios que se niegan a separarse, de los reencuentros y de las primeras citas; de los amores "a primera vista", de los mejores amigos y mejores amigas, de las hermanas y de esas personas que son tu otro yo.
Soy fan de todas y cada una de las cosas que nos alegran los días, de las cosas que nos producen sonrisas o que nos hacen llorar de alegría, de todo lo que le da sentido a la vida, por muy pequeño e insignificante que parezca.
Soy fan de los pequeños detalles que me hacen sentir viva, y me hacen querer vivir mucho más tiempo.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Need you by my side.

Supongo que desde que no estás en mi vida, marcaste un antes y un después. Nunca pensé que podría querer a alguien en las condiciones en las que estábamos, pero lo hice. Conseguiste calarte en mí, y cuando estaba rota conseguiste hacer que doliera un poco menos. Pero mira, ahora eres tú quien ha venido a destruirme un poquito más, a dejar un pequeño hueco lleno de recuerdos que no aumentarán, a dejar un diminuto (aunque doloroso) vacío en mí.
Simplemente alegrabas todos y cada uno de mis días, y no pedía nada más que escuchar tu voz una noche más, y otra más, y otra... 
Solo pedía que no te fueras nunca de mi vida. Porque desde que estabas..hacías que fuera mejor, me completabas. He escuchado mil te quieros, mil de esos que son mentira, pero pocas veces habían conseguido erizarme la piel simplemente llamándome cariño. Pocas veces habían conseguido que desprendiera alegría solo con decirme que estaba guapa, a pesar de estar con esas pintas que solemos llevar al andar por casa. Pocas veces había sentido la magia, esa que se transmite desde el principio, esa conexión al irse conociendo.
Eras de esas personas que consiguen hacerte sentir mariposas en el pecho sin ni siquiera tocarte. De esas a las que no le importa tener que hacer el payaso para sacarte sonrisas. De esas que hacen que la distancia se note un poco menos. De las que te dicen..venga, vamos a ver una peli de miedo juntos, porque sabe que quieres verla, pero no sola.
Y ahora...ahora no estás. Y la verdad, solo tengo ganas de correr e intentarlo otra vez, y juro que no me faltan las ganas. Pero no puedo obligarte a quererme como yo te quiero;

domingo, 30 de agosto de 2015

But if you loved me, ¿why'd you leave me?

Solo sé 
que me prometiste ser aire. 
Y aquí estoy. 
Intentando
aferrarme al suelo.
Intentando 
olvidar por qué razón
decidí fiarme de ti.
Por qué razón
dejé que tú fueras mis alas.


Solo sé 
que me dijiste para siempre.
Y aqui estoy.
Intentando 
no creerte demasiado.
Intentando 
no volar para no hacerme daño 
cuando mis alas se rompan. 
O mejor dicho, 
cuando tú te vayas.

martes, 18 de agosto de 2015

Es hora de despedirse.



Puede ser que ya no cuente sonrisas porque no son tuyas.
Puede ser que ahora levantarme por las mañanas ya no tenga sentido porque no estarás tú.
Puede ser que los días ya no sean días desde que no los comparto contigo.
Puede que algún día me despierte y las ganas vuelvan, o puede ser que vuelvas tú y las ganas contigo.
Quizás nos crucemos algún día o puede que te vea en cada cruce  pero no seas tú.
Es triste pensarte y saber que tu no lo harás, quererte y no poder tenerte, sentirte tan lejos necesitándote a tan pocos centímetros.
Es difícil decirte hasta nunca queriendo escuchar para siempre, despertar sola necesitando abrir los ojos y tenerte al lado, mirar tus mensajes y comprender que son de ya hace tiempo.
Creo que nadie está preparado para las despedidas, y menos si son como la nuestra. Tuve que despedirme de cada beso que no te di, de todos los abrazos que me faltaron, de las caricias que no me rozaron, de unos brazos en los que nunca me acurruqué. Tuve decirte adios cuando jamás nos habíamos presentado, en realidad.


Fotografía: Tamara Álvare

miércoles, 8 de julio de 2015

When I was your man.

Creo que sólo estaba esperando a que llegara alguien y me sacara de este infierno. Pero no. Sólo me he hundido aún más. No siento, no padezco. Me mantengo indiferente a lo que sucede a mi alrededor.
Es jodido eso de querer a quién no te quiere, pero no sé si es peor que te quieran y no querer. Qué estúpidos somos a veces por amor. Qué estúpido es nuestro corazón. He decidido cerrarlo con candado porque todo en él es dolor. Dolor a mí misma y a los demás, y ya me he cansado. No quiero darle la oportunidad de hacer más daño o recibirlo, que viene siendo lo mismo.
Me han roto de nuevo. La culpa es mía, en realidad. ¿Sabéis? Me he acostumbrado a vivir absorta en un mundo a parte, entre sueños. Voy cayendo poco a poco, pero no me entero, hasta que choco contra el suelo, y ya no hay vuelta atrás. Duele acostumbrarte a alguien y tener que dejarlo a un lado porque sabes que sólo te harás más daño. Supongo que comienzo a tomar decisiones maduras, por fin. Esto no nos llevaba a nada, esa es la verdad. Y aquí estoy, destrozada en pedazos una vez más.
Pero sin duda, lo peor que puede pasarle a alguien es decepcionarse a sí mismo. Y os juro que estaba acostumbrada al desamor, pero no estaba preparada para esto. No estaba preparada para ser yo quien hiciera daño, y no quería, en serio. Simplemente me siento como la mierda más grande de este mundo, y con razón. Supongo que el miedo a veces puede con nosotros, y simplemente dejamos el tren pasar, suponiendo que ya llegará otro al que nos subamos con seguridad.
Dolor multiplicado por dos, y pum, fin de la partida.

viernes, 3 de julio de 2015

Mi mano te busca y nunca te encuentra.

No te imaginas la de veces que recibí un mensaje esperando ver tu nombre...y no. La de veces que me dormí deseando estar entre tus brazos o la de tardes que he dedicado a leer nuestras conversaciones antiguas. Sí, del pasado, porque eso es lo único que queda, porque nos hemos quedado sin tinta.
Despareciste de mi vida sin previo aviso y me descolocaste por completo, lo triste es que ya no era la primera vez.
Son tantas las noches que me despierto entre sollozos...y es que ya no tengo tu voz para calmarme cuando me encuentro mal. No tengo tu risa para alegrarme los días ni tengo tus canciones para poder trasnochar sin problema alguno. No te tengo a ti. Supongo que nunca te he tenido, aunque creía que podría algún día. Creía que me acurrucaría en tu pecho y podríamos vencer a la distancia.
Ya sabes que tengo la jodida manía de ilusionarme rápido y perdonar a la mínima. ¿Y qué me queda ahora? Los días pasan, y no te importa no tenerme a tu lado, nunca te ha importado. De nuevo estoy rota, porque he decidido confiar y me has vuelto a fallar. No te culpo, hiciste lo que se supone que era racional, decidiste ser realista. Mientras yo me hundía entre sueños y deseos, tú seguías con tu vida y no me daba cuenta.
Pero vuelves. ¿Por qué vuelves? Si te vas vete de una vez. Vuelves como por obligación, como haciéndome sentir una muñeca de trapo con la que juegas cuando no tienes otra diversión. Como si pudieras desaparecer sin ninguna explicación y volver cuando te de la gana. Y duele.
Simplemente duele, estoy vacía. Te quería, aunque parezca una gilipollez, te quería. Me dabas la vida con cada sonrisa, y te juro que se me removía algo adentro cuando escuchaba tu voz. No voy a mentirte y decirte que estaba enamorada, no lo estaba. Pero estoy convencida de que lo estaría, de que en el momento en el que te tuviera a centímetros el corazón se me saldría del pecho y solo me quedaría reconocer que llegaste a mi vida y la cambiaste a mejor.
Te echo de menos.                                                                                                               C

sábado, 20 de junio de 2015

Quédate conmigo.

Sé que no tengo derecho a pedirte que te quedes, pero no te vayas.
Me acostumbré a trasnochar a tu lado y a dormir con tu risa taladrandome la cabeza. A estudiar con tu vocecilla de fondo cantando canciones que no conozco, y que a pesar de desafinar, suenan tan bien.. A levantarme y ser mis buenos días y a acostarme y darme unas mejores noches.
Me acostumbré a ti como un niño a su peluche favorito. Como un yonki a su droga. Como un pájaro a volar. Como un pez al mar.
¿Y dime qué va a ser de mí si me faltas? Dime que voy a hacer sin tus insultos cariñosos, sin las películas de miedo compartidas, sin los sueños a medias, sin las promesas, sin tus interrupciones o sin ese día al mes que daba gracias por haberte conocido.
Por desgracia ha pasado el tiempo, y todas esas preguntas que me hacía han obtenido respuesta con tu partida. ¿Y que hago ahora sin ti? Supongo que acostumbrarme a vivir así, y a pesar de tu ausencia, ser feliz. 

domingo, 14 de junio de 2015

Es otra noche que no llegas.

Prometí que esta sería la última vez que volvería a hablar de amor. Me lo prometí a mi misma. No de amor, sino de desamor. Prometí que sería la última vez que volvería a llorar por alguien y que volvería a pasarlo mal, en definitiva. Prometí que aprovecharía cada momento, que sería feliz, que derrocharía alegría y que ningún tío me amargaría la existencia. Pero aquí estoy una vez más sufriendo por alguien que en realidad no se merece mi tristeza, o eso ha demostrado.
Cuando sufres por amor tienes más cuidado, vas más despacio, vas con pies de plomo. No quieres pasarlo mal por nadie así como así, creo que es obvio. De los errores se aprende -o eso dicen-. 
Cuando le conocí no pensaba que todo llegaría hasta este punto. No pensé que le llegaría a coger cariño y que mis ilusiones girarían en torno a que formara parte de mi vida. No pensé que llegaría a ser alguien tan importante porque no parecía que lo fuera a ser. Parecía un pasatiempo para no aburrirme. Pero cuando le conocí realmente... cuando compartí risas, cuando compartí noches, cuando compartí momentos, cuando compartí canciones, cuando compartí secretos, cuando compartí vida... descubrí que era mucho más que eso, que había conexión, que había química -o eso decía él y eso sentía yo-. 
Llegué a un punto en el que confié en él aunque había prometido que jamás confiaría en un tío de nuevo, pero confié en él. Y tan pronto decidí confiar, desapareció. Tan pronto le di una oportunidad, se esfumó de mi vida como si nada. Y volví a ponerme esa coraza. Volví a ponerme esa coraza hasta que volvió. Volvió y le perdoné. No para tener una relación con él, sino para ser amigos. Llegó y rompió todos mis esquemas una vez más haciéndome ver lo que era realmente la ilusión de un amor nuevo, lo que de verdad era querer formar parte de la vida de alguien y esas ganas de compartir momentos. Me hizo sentir como si no me faltara nada a su lado y que quisiera tenerle en cada una de las facetas de mi vida.
Entonces caí otra vez y le perdí de nuevo. Y no sé porque, ya que cuando volvió él conocía todos mis defectos. Se fue de un día para otro, creo que nunca fue consciente de lo que yo realmente sentía. No le quería, pero sabía que si pudiera, lo haría. Tenía todo lo que buscaba en una persona.

A veces llega alguien a tu vida que si se quedara te haría inmensamente feliz, pero se va. Y aunque sabes que va a volver, no puedes permitírselo, porque el daño ya está hecho. Lo siento, pero no doy más de segundas oportunidades.

sábado, 6 de junio de 2015

Punto de inflexión.


Supongo que llevo unos cuantos días rota por dentro. Supongo que tu partida ha significado un punto y a parte en mi vida. Siento que las ganas de amar se me agotan poco a poco, y no es solo por ti, es por toda la mierda que llevo a cuestas. Se podría decir que tú has sido mi punto de inflexión, simplemente porque después de todo el dolor decidí confiar en ti y una vez más me he equivocado. No sé si es mi culpa, o si ha sido la tuya por prometer para luego desparecer. Lo único que sé es que he llegado a una situación en la que por mucho que quiera mi cabeza me impide confiar en nadie más así como así. 

No sabría decir si eso es bueno o malo, pero mi corazón se niega a que sigan entrando y saliendo nombres como si de una estación de tren se tratara. No permitiré que ningún chico defina mi estado de ánimo, pero el vacío en mi corazón sigue ahí. Cuando te conocí hubo una química especial, eso creía. Y después de este tiempo de sonrisas, duele que vuelvas a irte a pesar de lo vivido. Pero lo que duele aún más es saber que como siempre, vas a volver, y yo no podré dejarte entrar en mi vida por mucho que quisiera.


Estoy en una etapa de mi vida en la que aunque no me guste necesito tomarme un tiempo para mí misma, por que sino volveré a caer, volveré a confiar y me volverán a fallar. Porque ahora mismo soy vulnerable, y supongo que tengo una curiosa manera de elegir a las personas con las que quiero compartir mi vida. En realidad tomo unas elecciones pésimas. Por eso necesito cerrarme al amor, creo. Estoy cansada de que mi lista de imposibles crezca, de que nunca funcionen, de no ser lo suficientemente buena, de seguir sumando amores con fecha de caducidad.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Una bala perdida.

¿Sabéis lo que es encontrar a tu media naranja? No, no hablo de amor. Creo que esta es de las pocas veces que no escribo sobre él o sobre mi roto corazón. Hoy vengo a hablar de algo diferente pero igual de especial. Porque sí, porque tenía ganas y por que hacía mucho tiempo que no decía lo agradecida que estoy por haber conocido a mi niña preferida.
Hoy vengo a hablar de la amistad, de la razón por la que comencé a soñar, a caerme y volverme a levantar, por la que comprendí que la distancia solo son números y que si quieres puedes. Hoy vengo a hablar de la persona que me cambió la vida, y no por ser tan buena amiga, por que por suerte tengo a mi lado a personas increíbles, sino porque simplemente me complementa, es igual a mi y diferente. No quiero decir que sea mejor o peor que las demás, simplemente es especial, es yo pero al revés.
A lo largo de la vida conoces a muchas personas. Unas se quedan y otras deciden tomar un camino diferente al tuyo. Entre las que se quedan, normalmente, son personas diferentes a ti, personas que te hacen ver la vida desde otra perspectiva, personas en las que en algunas cosas eres igual pero en la mayoría diferente. A pesar de ello, personas que permanecen en tu vida, que te hacen feliz, que aprenden a complementarse contigo, que se convierten en imprescindibles y que sencillamente te hacen sentirte agradecida por tenerlas en tu vida. Pero por suerte también te cruzas con alguien especial, con alguien demasiado parecido pero distinto a la vez. La verdad es que aún no tengo claro como explicarlo. Simplemente es otra persona importante en tu vida pero con la que compartes sueños, deseos, pensamientos, miedos, pasiones. Como a nosotras nos gusta decirlo, una es el sol y otra la luna, pero las dos formamos parte de un mismo día. Supongo que esa es la mejor explicación que puedo daros.
En mi caso me crucé con la que ahora es mi mejor amiga, mi compi niñez, mi delfina, mi pequeña, mi niña y cómo no, una parte de mí. Recuerdo que simplemente me convirtió en quién soy y en quién realmente era. Cuando le conocí creo que no se daba cuenta de lo mucho que me ayudaba su presencia en mi vida, de hecho creo que nunca se ha dado cuenta, pero sí, llegó y comencé a vivir. Siempre, siempre ha sido uno de mis mayores apoyos. Cuando le conocí ya estaba rota, o estaba en proceso, pero os juro que nunca había visto a alguien tan joven y tan fuerte a la vez. De ella aprendí a serlo yo, y aquí estoy, luchando por las dos cuando hace falta y viceversa. Me enseñó la verdadera amistad, porque a decir verdad, hasta el momento no había conectado nunca con nadie como con ella, y sí, aprendí a quererla con la distancia a cuestas, y aquí seguimos, aunque a algunos le parecía ridículo. Fue las primeras letras de las que me enamoré, porque compartíamos lo más importante para mí, mi vía de escape, mi vida: la escritura. Y me encantaba cada texto que escribía porque transmitía toda la pasión que yo también sentía, el amor por las letras.
Ya ha pasado el tiempo, mucho tiempo. Más de dos años son los que llevamos juntas pero separadas, y aunque no se lo diga mucho, fue mi bote salvavidas, porque gracias a ella aprendí a ser fuerte, porque cuando una cae la otra está ahí para levantarla y así siempre. Simplemente porque me cambió, y gracias a ella me encanta quién soy. Y que aunque a veces parezca que no pueda más, siempre encuentra la manera de seguir adelante. Se piensa que yo soy la fuerte, pero lo que no sabe es que lo soy porque ella me enseñó. Porque al ser mi otro yo, vi todos mis miedos y mis sueños reflejados, y porque gracias a ella aprendí a tirarme a la piscina de cabeza.
Porque dentro de esa chica hecha pedazos, yo solo veo fuerza.


sábado, 23 de mayo de 2015

Mi más sentido bésame.


Y qué ganas de verte y comerte la vida. Lo siento si he llegado a la conclusión de que no quiero que te alejes nunca de mí, si compartirte me resulta imposible. Lo siento si te pido que estés cada día y que compartamos cada noche. Lo siento si quiero dormir y despertar entre tus brazos.
 Parece una locura ver a donde ha llegado todo esto, y que después de todo este tiempo sigas a mi lado, haciéndome reír, y sobre todo haciéndome feliz.

Y es que aunque muchas veces ni siquiera pueda verte has conseguido permanecer en mi vida y conseguir un lugar únicamente tuyo, has conseguido sacarme diez mil sonrisas y has conseguido conocer una parte de mí que pocas personas conocen. Me has hecho soñar, me has sacado mil carcajadas, has conseguido que te cante de alegría y me has hecho descubrirme a mí misma un poco más. Que es cierto eso de que si quieres puedes y que solo espero que todo lo que hablamos ocurra cuando llegue el momento.
Perdóname si a veces me enfado, o si te grito, o te insulto, o sin querer la cago. Pero hoy quiero que seas tú la persona que permanezca en mi vida, porque como tú siempre dices, "tenemos química". Y mentiría si te dijera que no me muero por hundirme en tus brazos y que me inundes a besos. Mentiría si te dijera que no tengo miedo, miedo de que desaparezcas y esta vez no vuelvas. 
Por que ya te has ido y has vuelto, y a pesar de ello me siento como si estuvieras siempre aquí, como si nunca nos hubiéramos despedido y cogido cada uno un camino. Pero vuelves, vuelves con esa manera tan tuya de ser y de hacerme ser, y algo en mí se activa, y vuelves a invadir mis mayores deseos.
Así que por favor, no me falles nunca.

domingo, 10 de mayo de 2015

Contigo en condicional.

Entre el sí y el no intermitente de nuestro amor. Entre el querer y no poder de cada día. Entre el despertarme pero seguir dormida porque tú no estás en mis brazos, como siempre.
Supongo que al final acabas acostumbrándote a que la gente se aleje, a que todos decidan que no eres la mejor opción. Supongo que te acostumbras a sus idas y venidas, y ya deja de doler cada herida. Supongo que el confiar en alguien y que te falle una vez más te hace darte por vencida, y no luchar por más imposibles, supongo que comienzas a creer que el amor no puede surgir así sin más. Que te conviertes en una persona no de palabras, sino de hechos. Quizá estás tan cansada de dejar que cualquiera entre en tu vida para luego irse así sin más que simplemente te niegas a intentarlo, porque siempre acaba igual. Sabes que te mereces más, pero a pesar de ello acabas siempre por los suelos, decepcionada y prometiéndote que esta será la última vez. Supongo que de nuevo esto es una despedida, una pérdida más.
Pero saldré adelante, como lo hago siempre, porque puedo ser feliz por mí misma, y porque la vida sigue y el tiempo nos sobra de momento.

jueves, 30 de abril de 2015

Y la vida no se detiene por nadie.

Te pasas mucho tiempo hundida, vacía. Buscando alguna razón para salir a flote y no encontrándola. No tienes ganas de comenzar un día nuevo, ¿para qué? Simplemente dejas que las horas pasen, sigues con tu rutina, hasta que de pronto llega algo que te hace abrir los ojos. Quizá es que ves como todos siguen con su vida mientras tú estás ahí, estancada.
Comienzas a ver lo bonito de cada día, el cumplir sueños, el ponerse propósitos, el madurar, el crecer, el quererte sin buscar una razón, el dar y recibir amor. Y cuando te das una oportunidad a ti misma, comienzas a dársela también a los demás. Comienzas a despertar con una sonrisa, a disfrutar del día a día, a sonreír. En definitiva, comienzas a ser feliz.
Supongo que deberías agradecerle que te rompiera el corazón, porque gracias a ello has salido adelante y has conocido una parte de ti que no sabías que existía. Has sacado fuerza de donde no la tenías y has salido viva de un impacto brutal. Has aprendido a recomponerte a pesar de la rotura y a levantarte por muy grande que fuera la caída.
La vida es bella, y no se había dado cuenta hasta que sintió haberla perdido y ansió volver a tenerla. Y ahí está, completa. Cuando pensaba que no podía más aprendió a darle un giro a la vida, y tomó las riendas de su felicidad, porque ser o no ser feliz depende de uno mismo.
Y bueno, comenzó a abrir de nuevo su corazón, pero esta vez de verdad, sin que ningún capullo ocupe un sitio que no le pertenece, sin hacerle un hueco a alguien que no se lo merece. Pero un día...aparece él. Sin buscarlo, sin imaginarlo. Comienzas a sonreír cuando te acuerdas de él y las ganas de verle aumentan día tras día. ¿Quién diría que tu corazón volviera a tener ganas de arriesgarse y lanzarse en busca del amor? Así porque sí decides que él es el indicado, que por alguna extraña razón tiene el derecho de colarse en tu cabeza y hacerte pensar que ojalá fuera verdad, ojalá esta vez funcionara.
Y por momentos como estes, te das cuenta de que la vida seguía su curso, que te estabas perdiendo muchísimas cosas preciosas, que no merece la pena sufrir y que la vida pasa, y no se detiene por nadie.
Así que vive, como si hoy fuera a ser el último día que vieras salir el sol.

lunes, 13 de abril de 2015

Me levanto y me caigo

A veces me siento perdida, atrapada, encadenada de pies y manos. Veo mis metas tan lejos, y el camino para continuar a no aparece, no lo encuentro.
Hay momentos en los que la frustración me inunda, y mis opciones se agotan. Siento que quiero avanzar y no puedo, quiero cambios, y no los encuentro. El tiempo me carcome por dentro. Por que me guste o no, es cuestión de tiempo. En realidad eso es lo que más jode, saber que no puedo hacer nada, y que esta carga que llevo a cuestas no se irá porque no puedo hacer nada para que se vaya, porque no depende de mí. No por el momento.
Sabes de estas veces que tienes un sueño y harías todo lo posible por cumplirlo? Y cuando terminas de soñar, comprendes que no tienes opciones, que no puedes hacer nada por el momento. Tiempo, siempre lo mismo, tiempo. De verdad, he sido de las primeras que cuando han querido algo han luchado por ello con uñas y dientes, que no se han rendido hasta el final, pero... hay veces en las que no hay manera de luchar. La impotencia me invade y no quiero quedarme parada esperando a que llegue el momento para poder entrar en acción. Siempre he sido de las que se meten en la escena antes de tiempo y salen de ella más tarde de lo que deberían, a pesar de salir siempre quemada.

domingo, 22 de marzo de 2015

Tengo la cama vacía de sentimiento.

Dicen que un clavo saca al otro clavo, y que quién se cree eso no tiene ni puta idea de carpintería. Dicen que uno no, pero quizás veinte sí. Que el tiempo todo lo cura, y que cuando es amor verdadero nada ni nadie te hace superarlo del todo.
Y yo, que no tengo ni puta idea de nada de esto, digo que amor verdadero solo hay uno. Que los clavos están ahí tanto tiempo como tú decidas y que sí, que los recuerdos no se borran pero que el dolor tampoco es duradero. Que cuando quieras de verdad lo sabrás. De hecho compartirás vida con esa persona, y en ese momento da igual lo que hallas vivido o lo que quede por vivir. En ese momento vives el presente.
No sé nada del amor, y supongo que dado mi historial amoroso muchos consejos no puedo dar. Pero si algo tengo claro, es que alguien tiene tanta importancia en nuestra vida como la que le queramos dar. Que recordaremos a alguien tanto como le queramos recordar. Y que dolerá tanto como permitamos que duela. 
No podemos decidir lo que sentimos, pero sí podemos cambiarlo. Si nos esforzamos. 
Tiempo al tiempo, todo llega en su momento.

viernes, 20 de marzo de 2015

Pero se olvidó de que el hielo quema.

Seguí caminando, solo quería escapar de todo, así que en lugar de caminar, corrí. Seguí corriendo hasta perderme. Y no me importaba desconocer mi localización, porque ya llevaba demasiado tiempo perdida interiormente. Dejando que la vida pasara, caminando sin rumbo fijo. Llevaba demasiado tiempo rota, y hoy me daba cuenta por fin. Me daba cuenta de ello porque alguien había intentado formarse un hueco en mi corazón, y no había podido, porque...no tenía, solo quedaban pedazos. Y no quería eso, yo quería vivir, queria amor, quería encontrarme a mi misma de nuevo.
Supongo que el miedo me superaba. Sí, el miedo de que no fuera lo suficiente como para que alguien se parara y reparara mi corazón pedazo a pedazo, a que no llegaran a quererme como yo necesitaba. Supongo que tenía miedo a no volver a saber nada del amor. Hasta que llegó él, y todo el miedo, todo el dolor, se habían concentrado en una única persona.
Llegó con esas ganas de entrar en mi vida y abandonarla, y no me importó, al principio no. Pero con el paso del tiempo...comencé a temer al adiós, comencé a buscar una manera de que no llegara la despedida. Y desde ahí comencé a sentirme realmente perdida, porque lo único que quería era que me quisiera, y no tenía ni puta idea de lo que él sentía.
Supongo que seguí corriendo un rato así sin más, no lo recuerdo, la verdad. 
Simplemente perdí el sentido, esperando a que llegara él y me ayudara a encontrar el camino de vuelta

domingo, 8 de marzo de 2015

Carta a quien algún día dije te quiero.

Poco a poco fui comprendiendo que no dependo de nadie. Que si soy feliz es por mí y que sobre nadie recae la responsabilidad de sostener las piezas rotas de mi corazón. Con el paso del tiempo fui necesitándole cada vez menos, hasta llegar a lo que soy ahora. Prometí mil y una veces que no volvería a llorar por amor, supongo que fallé.
No sé. Hoy no es como todos eses días que pienso en ti. Hoy me siento bien, me siento orgullosa de mí y hoy solo quiero que seas feliz. Hoy te recuerdo como alguien que me enseñó a vivir de verdad, supongo que eso es bueno. Y es que lo nuestro fue bonito. Fue una de esas historias difíciles de contar, de esas que marcan, que cambian...pero que también duelen, queman. Hoy no quiero volver atrás, hoy quiero volver a amar de verdad, como contigo pero aún mejor, con final feliz. No, mejor dicho, sin final.
Fue bonito por la manera en que nos conocimos. Por como de un día para otro cambiaste mi vida. Por la casualidad. Fue bonito por como me fuiste ganando poco a poco y conseguiste sacar lo mejor de mí. Porque me enseñaste a querer de verdad, sin límites. A vivir, sin importar lo que pudieran decir de mí. Me enseñaste a crear un nosotros, a sentir lo que nunca había sentido por otros. Por como construimos poco a poco un amor incomparable, aunque más tarde lo destruyeramos, da igual.
Y te estoy tremendamente agradecida por hacerme al principio tan feliz, por hacerme comprender lo especial que soy y lo mucho que valgo. Por hacerme luchar tanto al final y hacerme dar todo y no rendirme a la primera de cambio. Gracias por enseñarme lo que es amar con todas las letras y también por hacerme fuerte. Porque desde tu partida ya no temo al amor. Sé lo que hay. Y hoy tengo ganas de enamorarme de nuevo, de conocer a alguien que no se vaya.
No voy a mentir, no te culpo de que todo haya acabado, sé que yo tuve la culpa al principio, que si yo te hubiera querido desde el principio y si tu hubieras  luchado al final esto no habría terminado. Pero sí te culpo de los daños cuando todo terminó, de hacerme sentir tan rota, de haberla cagado cuando todavía quedaba alguna oportunidad por ahí perdida. Pero qué más da. El pasado, pasado está.
Hoy te recuerdo como algo bueno, como parte de mi pasado, como una de las razones por las que ahora soy como soy y porque me siento orgullosa de ello, porque sé que nos desgastamos el uno por el otro, pero en tiempos opuestos. Y ese fue nuestro error, no saber compaginarnos. Aún así, gracias por todo, espero que encuentres a alguien que sepa vivir al mismo ritmo que tu y que os ameis al mismo tiempo. Espero conocer a alguien nuevo, que los dos amemos, que la vida nos sonría de nuevo.

viernes, 20 de febrero de 2015

Le vi y me sonrió.


Tenía ese tipo de sonrisa que viene y te reta, esa sonrisa que provoca y que con mirarla una sola vez te deja prendada. Pero no era su sonrisa simplemente, era la forma en la que lo hacía, la manera en la que sonreía. Como diciendo bésame sin decir nada en realidad. Como queriendo conquistarme. Él sabía lo que hacía, sabía que me calaba con esa jodida sonrisa. Con el tiempo comencé a conocer cada una de ellas, a reconocerlas. Sabía cuando sonreía por educación, cuando ocultaba lágrimas en su interior, cuando lo hacía por felicidad o en fin, cuando me sonreía a mí. Porque esa sonrisa era diferente, era única, era mía. Y joder, la de veces que soñaba con abalanzarme sobre ella y besar cada parte de su existencia. Pero por miedo o por quién sabe qué nunca lo hice. Hasta un día en que no pude contener más nada. Y le besé.

martes, 27 de enero de 2015

Entre la espada y la pared.

Se me eriza el pelo en solo recordarte,
que mi almohada está llena de cuando no estabas.

Es difícil asimilar cómo todo ha terminado.
Y saber que cada noche te recuerdo, mientras tú me alejas cada vez más. No quiero que vuelvas, claro que no lo quiero, pero los recuerdos duelen y quererte duele aún más. Te odié, no te imaginas cuanto lo hice, pero no puedo evitar morir por dentro cada vez que te pienso. 
Cada noche me ahogo en lágrimas, y joder, por qué estoy así después de todo? Después de las decepciones, después de saber la verdad. No sé, es duro eso de no tenerte. Es difícil eso de querer a alguien y saber que aunque podrías estar con él, no debes, no te conviene. Es un querer y no poder. ¿Algún día terminaremos con esto? ¿Algún día diremos adiós definitivamente? A veces querer no es suficiente. A veces solo quieres desaparecer y que todo este dolor pare. Pero no. No puedes. Tienes que seguir ahí, al pie del cañón. Y hagas lo que hagas solo el tiempo es la solución. 
Nunca quise perderte, nunca quise desviarme de tu camino. Pero ya son demasiadas putadas. Ya estamos tan desgastados...que aunque lo diéramos todo, no funcionaria. Porque nos guste o no, el daño está hecho. Ya estamos rotos, y no hay nada que nos pueda reparar. No, no podemos olvidarnos de lo pasado como si nada hubiera ocurrido. Yo no. 
Y no sabes cómo me gustaría hacerlo. Cómo me gustaría volver a enredarme entre tus brazos, volver a esconderme entre tus caricias. Pero la realidad se ha impuesto, y lo nuestro parece que no estaba hecho para durar. Porque no, porque hay cosas que no se pueden perdonar, y yo ya me he enfriado demasiado como para volver a arder a tu lado. Ya no puedo confiar más, no puedo amar, no quiero amar. No quiero darle a nadie la oportunidad de que me rompa un poco más, si es posible.

Dicen que se sabe si un amor es verdadero 
cuando duele tanto como dientes en el alma.

domingo, 25 de enero de 2015

Y con el tiempo pasó de arder a quedarse fría.

Me prometí ser fuerte. Y una noche más estoy aquí rompiéndome por ti. Supongo que es normal, no ha pasado todavía el tiempo suficiente. Tiempo, eso necesito.
Desde que se fue ya no me creo nada. No creo en nadie. ¿Cómo voy a confiar, si él, que lo era todo se fue? Si lo di todo y le perdí. Si dijo que me quería y no le importó el daño que me pudiera hacer, de hecho creo que eso era lo que pretendía, doler. Antes de él yo era de las que actuaban según el corazón, no importaban las consecuencias, no importaban los demás, hacía lo que sentía y ya. Pero ahora, ahora no sé que hacer, soy puro hielo, puro fuego que se fue enfriando con su despedida, con sus cagadas, con cada decepción. Y así estoy, confusa y con miedo al amor. Que se me pasará, lo sé, por que me conozco y tan pronto me ilusione me volverán a joder, pero cada vez me suenan menos sinceros los te quieros.
Es jodido eso de intentar dormir y que aparezca por mi mente, y romperme. Romperme con cada beso, romperme con cada te quiero, con cada día, con cada momento. Romperme con cada mes, con cada mensaje, con cada foto, con cada texto. Romperme mientras él...pues en fin, él sigue con su vida como si nada, como si no me hubiera querido, como si no hubiera existido. Y solo quiero superar, y no puedo, y me desespero. No quiero que siga doliendo. Quiero acabar con esto, no se lo merece, no me lo merezco. No quiero recordar nada más, no quiero llorar, no quiero sufrir. No quiero ahogarme en lágrimas cada noche y levantarme cómo si nada, y fingir sonrisas. No quiero seguir así, no quiero vivir con su recuerdo. No quiero vivir con sus besos, ni con sus dedos estudiando cada rincón de mi piel, ni con sus ojos mirándome y diciéndome te quiero. No quiero vivir con eso.
Joder, solo le quería a él, quería un futuro a su lado, pero ahora no quiero nada, porque me ha demostrado que no era quién yo pensaba, que no se merece ni una sola lágrima. Y ya no sé que parte de todo esto ha sido verdad, no sé nada. Lo único que puedo asegurar es que aunque lo oculte él tampoco me va a olvidar. Porque sé que en un principio, me quiso. Sé que ellas solo son pasatiempos para no pensar en mí, para fingir que me ha olvidado, para fingir que no duelo, para hacerme sentir que me he equivocado. Sé que todos los días habrá algo que le recuerde a mí, que cuando les bese a ellas desearía que fuera a mí. Y supongo que eso me hace sentir bien, saber que le he marcado en cierto modo. Aunque no me quiera, sé que me recuerda.
Hablaba de luchar cuando le dio igual, cuando todo acabó y dijo adiós, así sin mas.

domingo, 18 de enero de 2015

Hoy te echo de menos.

Hoy es uno de eses días en los que ya no puedo más. Estoy agotada. No puedo ser fuerte. Necesito derrumbarme. Necesito soltarlo todo. Necesito recordarte. Necesito llorarte.
Sigues aquí, en todas partes, sigues siendo en lo que pienso cuando me hablan de copos de nieve, o cuando me piden caricias en la espalda. Sigues siendo en lo que pienso cuando me dicen lo bonito que es despertar al lado de la persona que quieres o cuando veo a una pareja reencontrándose. Invades mis sueños, a veces dueles, a veces me recuerdas como era eso de ser feliz.
Sé que te superaré, lo haré. Porque no somos el uno para el otro, no tenemos un futuro juntos, por muchas veces que pensáramos en ello. Pero mientras no te supero...dueles. Todavía dueles. Duele saber como todo se apagó poco a poco. Y al final...solo quedo yo. Y hablo de superar porque sé que no te voy a olvidar. Porque has sido tan importante para mí, que siempre te guardaré dentro, en secreto. Tanto por lo bueno como por lo malo te has ganado un hueco en mí, y lo has dejado tan vacío que es imposible no saber que existe.
Todavía recuerdo la primera vez que nos vimos. El cosquilleo. Los nervios. Las indirectas que no pillé y las palabras que nos faltaban. Las ganas de un beso nos ahogaban y sí, nos queríamos tanto... Y recuerdo el primer beso, patoso, sincero, bonito, nuestro. Y la primera noche, la mejor de todas sin duda alguna, y la segunda, porque teníamos tantas ganas de aprovechar todo el tiempo que hicimos lo posible por vernos. Y como olvidar las conversaciones hasta las tantas? Las vídeollamadas, las sonrisas, tus piques, mis bromas, nuestros momentos. Nuestros, solo nuestros. Yo era tuya y tu eras mío sin serlo. Porque lo sabíamos, nos pertenecíamos sin pertenecernos.
Y sabes? Hoy te echo de menos.

jueves, 8 de enero de 2015

Yo paraba balas por ti, y al final, eras tú quien apretaba el gatillo

Y lo que más duele es haber dado todo para quedarme sola y rota.
Mis días, mis ganas, mi corazón; todo sobre la mesa.

Sabes? Cuando quieres a alguien no le haces daño. No, no quieres hacerlo. Cuando quieres a alguien no finjes olvidarle de un día para otro, no te refugias en otros por joder.
Cuando quieres a alguien y ves que le pierdes, lo das todo, y si ves que se ha ido, le sigues hasta alcanzarle. Porque cuando de verdad quieres no hay nada que importe. Y esque por amor, hasta la gilipollez más grande del mundo es justificable. Locura.

Al estar enamorado eso de rendirse e ir a por otra es la última opción que se te puede pasar por la cabeza, pase lo que pase, si quieres sigues a pie de cañón. Y sí, tendrás ganas de salir corriendo, tendrás ganas de esconderte entre los primeros brazos con lps que te encuentrasy de cobijarte entre las piernas más abiertas que veas. Pero no, no lo haces, no. Porque ella merece la pena, o al menos cuando estás enamorado.

Hoy en día regalamos demasiados te quieros, valoramos poco y no aprendemos. Hoy en día nos rendimos a la primera de cambio y cuando las cosas no van como queremos nos lavamos las manos y echamos las culpas al resto. Hoy en día damos poco amor, discutimos demasiado y pedimos más de lo que damos. Y sí, te lo digo a ti, a la persona que pasó de llamarme la mujer de su vida a liarse con la primera que pilla en dos días.

martes, 6 de enero de 2015

Tocado y hundido

Le quise como a ninguno, de verdad, lo hice.
Le di todo lo que tenía y más, mejoré por él.
Y la verdad es que dolió cuando lo supe. Dolió tanto que incluso le odié. Y ahora me viene con que estaba equivocado, con que está feliz a su lado, cuando hacía solo dos días me decía que yo era la mujer de su vida. ¿Eso es amor para ti? No me engañes joder, no te engañes. No digas que eres feliz así cuando me mirabas y ardías de amor. En realidad es patético, es patético fingir que has olvidado a la persona por la que has dado tanto, que cada vez que te miraba a los ojos derrumbaba todas tus defensas. Es patético fingir que has olvidado en dos días, cuando me ves y te agarras a ella por joder, cuando haces todo lo que haces para dañarme. Se nota a kilómetros que piensas en mí, que cuando me puse al lado fingiste ser feliz, que todo lo que dices sentir, es por mí.
Y ahí está lo más gracioso, que necesitas montar todo este teatro porque piensas que así me voy a arrepentir, y yo en cambio no necesito nada para saber que algún día te acordarás de mí y te sentirás como un gilipollas por haberme perdido por completo.
Sabes? Por mucho que me duela verte con ella, ya no siento tu ausencia, de hecho ya me he acostumbrado a estar sin ti, y soy feliz, sí. No niego que te quiera, porque todavía lo hago, no todos olvidamos tan rápido el pasado, pero no quiero que vuelvas. 

Dime si me equivoco, porque si lo hago, das asco, por mentir, por hacerme pensar que eras el adecuado.

Un día.

Y no tardaste ni 24 horas en correr hacia ella,
en cambiarme por otra,
en destruir todo lo que tanto nos costó construir.

                                                                        Me siento tan engañada,
                                                                        tan dolida,
                                                                        tan decepcionada
                                                                        y es que de verdad pensaba que me querías, eso creía.

Confiaba en ti como en nadie,
eras mi pilar
y juro que te elegía a ti antes que a cualquiera.

                                                                      No entiendo como pudo ocurrir esto,
                                                                      di tanto por una causa perdida.
                                                                      Y es que joder,
                                                                       te lo di todo.

Tan poco te importaba?
Tan poco me querías?
Tío, no tardaste ni un día.
 
                                                                      Te defendía con uñas y dientes,
                                                                      te comprendía,
                                                                      te perdonaba,
                                                                      te quería.

sábado, 3 de enero de 2015

Por fuera París, por dentro Roma.

Sabes cuál es el puto problema? Que aquí la gente dice te quieros y promete para siempre a lo tonto, y así vamos. Crees que eres la vida de alguien y poco después ves como te substituye. Gracioso, no? A ver si distinguimos de una maldita vez el querer con la mierda esa a la que llamamos amor. Y ahora me siento idiota, idiota por haber dado tanto por alguien que a los dos días ya me ha olvidado. Me has usado y tirado como si fuera una muñeca de trapo, lo has dado todo decías. Y mírate, dándome de lado, cambiándome por otra, ni una semana has tardado. Asco, me das asco. Asco al mirarte, asco al recordarte. Te quería como al que más, y de que ha valido? Eras mi todo, mi primero, mi apoyo. Y ahora no eres nada.
Ya no creo en el amor, no creo en nadie, no creo en nada. Solo quiero desaparecer y que todo este dolor que me llena desaparezca de una maldita vez.
Una gilipollas, eso he sido, por creerte, por darte todo recibiendo lo que he recibido. Y lo más gracioso es que sigo queriéndote, sigo sin pasar página mientras tú ya has cambiado de libro. La rabia me desborda y es que ya no hay nada más que hablar. Mis torres se han derrumbado, lo poco que quedaba de mí está por los suelos. Necesito ayuda, pero no la quiero, cuanto más abajo menos dolorosa será la caída. Estoy cansada. Cansada de ti. Cansada de tus tonterías. Hasta cuando te has ido haces daño. No quiero saber nada de nadie, se acabó.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Say something, I'm giving up on you.

Esto me está quemando. Como decirte que eres lo único que quiero en esta puta vida? Que solo necesito una versión mejorada de ti, y sé que existe porque ya la he conocido. Que eres lo más grande que he podido tener y estar a tu lado ha sido lo más bonito que me ha ocurrido. No te imaginas como me duele perderte, y es que sé que nadie me hará sentir como tú lo has echo. Tan completa, tan feliz.
Solo necesitaba eso...que volvieras a darlo todo, a estar dispuesto a todo. Que te comportaras como el chico al que conocí. Que hicieras lo que hiciera falta para estar juntos. Supongo que estabamos tan cansados de sufrir que ya ni eso quedaba, y el amor no fue suficiente esta vez. Nos separamos, quién sabe si diciendo adiós o hasta pronto. Ciegos, ciegos de amor, pero demasiado rotos como para seguir con esto. Que de verdad, que te quise y te querré como a nadie, que te deseo lo mejor aunque sé que cuando te vea bien sin mí me joderá, porque te me has clavado muy adentro, tanto que sé que este vacío no va a desaparecer. Me has marcado de tal manera que ya no me imagino un futuro al lado de nadie que no seas tú.
Escribo sin orden ni sentido, y es que así está mi vida ahora mismo. Me faltas, cuando antes eras mi todo, mi mayor apoyo, mi ilusión, mis sueños, mis miedos. Y que hago ahora sin ti? Se supone que seguir, aprender a vivir con este vacío en el pecho. 

viernes, 19 de diciembre de 2014

Yo podría prometerte el mundo, tú prométeme una madrugada.

Y ella se rompía por él. Lo daba todo,
joder,
daba más de lo que tenía.
Se destrozaba por una sonrisa suya, y si algo iba mal era la primera en estar ahí. Lloraba todas y cada una de sus caídas y le ayudaba a volver en pié. Le aceptaba, le perdonaba, le entendía y dejaba el orgullo a un lado siempre que hiciera falta. Ella, la chica más orgullosa que has podido conocer, ella lo dejaba todo por él.
Llevaba sobre sí todos y cada uno de los pedazos que él mismo había creado con su corazón, y es que la había calado hasta lo más hondo, tanto que acabó por romperla. Los llevaba a cargo, todo ese peso, todo ese sufrimiento, pero consiguiendo que para los demás fueran invisibles. Estaba rota como nunca antes, y se dio cuenta demasiado tarde de que la cosa iba mal, tan tarde que no había solución sin sufrimiento, que ya nada podía remediarse sin acabar por los suelos.
Siguió al pie del cañón, hasta cuando ya ni siquiera se podía sostener, con una confianza ciega, siguió cuando nadie estaba, y encontró razones donde nadie las encontraba. No consiguió decir adiós, no pudo, ingenua le llamaban. Siempre había creído que debía luchar por sus sueños, y que podía hacer, si en todos sus sueños aparecía él?
Solo pedía un poquito de amor, la certeza de que todo volvería a ser como cuando empezó. Solo pedía cumplir sus sueños y ser feliz. Pedía volver a marzo, puto marzo, como la ha marcado. Y es que estaba convencida de que todo podía ser como era, porque se conocía, porque merecía la pena.
No lo tenía, no, ya no se tenían, pero se pertenecían. Sus "corazones" seguían respondiendo a cada palabra y seguían creando electricidad al estar cerca. No ser rindió, nunca lo hizo, y a día de hoy sigue preguntándose si se equivocará, porque perdona lo que no debería de perdonar, e intenta olvidar algo que la ha hundido tanto que nunca lo conseguirá superar.
Así que sí, es verdad eso de que el amor nos hace ciegos. Un ni contigo ni sin ti eterno, un amor de críos que acabó ardiendo.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Insomnio con sabor a ti.

Y te paras a pensar en la grandeza de momentos que para cualquiera podrían pasar desapercibidos. Te paras a pensar en lo bonito que puede ser algo tan efímero. Un beso, una mirada, una caricia, una palabra, una sonrisa... No sé, a veces nos acostumbramos, y cosas tan especiales como estas pierden sentido. Esa chispa, esa magia. Supongo que es un defecto humano, esa manía de acomodarnos. Pero cuando te paras a mirar a tu alrededor y ves el mundo que te rodea, cuando lo ves de verdad, cuando te fijas en esos pequeños detalles, el mundo parece mejor por un momento.
Pero hoy no vengo a hablar de eso. Hoy vengo a hablar de lo bonito que es hasta recién levantado, de las ganas de besarlo hasta cuando duerme, de la tranquilidad que me hace sentir al abrir los ojos y ver que está a mi lado, de la belleza de su cuerpo envuelto entre sábanas, de sus labios, de su pelo. Vengo a hablar del arte de dormir entre sus brazos, de la delicadeza de cada beso de buenos días. Vengo a hablar de él, mi octava maravilla.
Por eso empiezo hablando de la grandeza de los momentos, porque eso me hace ver él. Me hace parar y observar cada detalle que hay a mi alrededor, y lo consigue, porque a su lado la vida es más bella. No sé, desde el hola hasta el adiós no tengo problemas, mi mente queda en blanco y solo estamos nosotros dos.
Y ahí todo tiene sentido. A veces, solo necesitas a alguien que te pare y te haga ver que no todo es tan malo si sabes como mirarlo, si sabes con quien estar parado.

El amor es un arte.

Y en ese momento lo comprendes, es él. Llega un día en el que decides olvidar todo, borrón y cuenta nueva. Y pasa el tiempo, al principio estás bien, pero según pasa vas comprendiendo que ese vacío no va a desaparecer. No importa, piensas, mejor vacía y sin el a triste y a su lado. Siguen pasando los días y conoces a alguien nuevo, te saca sonrisas, te cuida, sí, te hace bastante feliz. Pero el vacío sigue ahí y sientes que algo va mal. No sé, según pasa el tiempo sin él vas comprendiendo que lo necesitas, cada día más. Supongo que es verdad eso de que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, y es que este tiempo sin el he extrañado hasta la mayor tontería que decía. Extrañaba cada virtud y cada defecto, recordaba cada momento, y deseaba no perderlo, deseaba estar con él en un futuro, deseaba no olvidarle y encontrar una razón para volver a su lado.
¿Sabes lo que es llegar a un punto en el que perdonarías todo por seguir a su lado? Porque no quieres perderle, porque le necesitas en tu vida, porque te hace sentir bien. No sé, eso hago yo, y quizás me esté equivocando, pero mi corazón manda y aunque está cansado de sufrir sabe que el único ocupa que quiere tener es él. Cambiar, antes era imposible, siempre he creído que quién te quiere te acepta con tus defectos y tus virtudes. Y sí, lo hace, pero a su lado siempre quiero mejorar, quiero crecer, quiero madurar. Quiero ser todo lo que busca, lo que desea, la casualidad más bonita que ha podido conocer. Quiero ser en su vida lo que él ha sido en la mía. Que sí, que por muchas veces que me diga que soy todo lo que busca yo quiero ser más, todo lo que nunca pueda imaginar. 
Que cada parte de mí quiere ser suya, y viceversa.

martes, 18 de noviembre de 2014

Te pierdo y te me vas, te fuiste ya.

Ya ni lloro, es inútil. Soy feliz así, sin ti. Lo nuestro era una causa sin sentido que yo me empeñaba en alargar temiendo que llegara el final. Y ahora que todo ha terminado, me siento tan bien sin tenerte a mi lado... Hacía mucho que lo nuestro no funcionaba, no como nosotros queríamos. Se fue apagando la llama, y el amor se acababa poco a poco. Que te quise como nunca a nadie, pero que me jodiste como ninguno. Que te veré y dolerá, que me verás y doleré. Pero que ya se nos acababa el aire cariño, y fue mejor dejarlo así. Nos ahogábamos en pasado, en promesas, en errores, en cambios.  Ya ni la ilusión quedaba, y el amor no era suficiente.
Y que siempre nos quedarán los recuerdos de lo que fue y pudimos ser, prefiero quedarme con lo bueno. Y te aseguro que me quemas por dentro, todavía quemas, pero a veces hay que tomar decisiones y pasar página era lo mejor. Duele pensar e ti, duele seguir así, a veces se hace cuesta arriba, a veces simplemente me derrumbo, a veces grito, a veces lloro. Pienso en si serás feliz, en si te olvidarás de mí. Me apuñala cada palabra, cada promesa, cada principio y cada final. Que si joder, que cambiamos demasiado, dejamos de ser lo que buscábamos. Yo seguía enamorada de ese marzo mientras tú seguías buscando en mí lo inexistente. Yo seguía con mis cuentos de hadas y tú con las teorías que ya odiaba. Nos conocimos, nos ilusionamos, nos enamoramos, nos deshicimos, nos destrozamos y nos abandonamos. Y ahora vuelvo a respirar, vuelvo a tener esa libertad, vuelvo a sonreír, me vuelvo a despreocupar.
Borrón y cuenta nueva, prometo ser mejor de lo que era.

domingo, 9 de noviembre de 2014

And after all you´re my wonderwall

El invierno llegó y mi cama se queja vacía, porque ya no estás y sabe que no volverás. Que los sueños se convierten en pesadillas desde que te has ido y mis heridas no cicatrizan. Quererte me salió caro, más de lo que creí en un principio, más de lo que pensé que te podía querer. Nunca nos imaginamos que esto pudiera llegar lejos y, sin embargo, míranos. Dos locos enamorados fingiendo olvidarse, como si pudieran olvidar a quien le hizo feliz, como si pudieras vivir sin mí. Y sé que no es cierto, porque después de todo lo vivido aunque me digan "no te quiso", sé que no es cierto. Que me has querido a la que más, al igual que yo a ti.
Cariño, esto no queda así, no me rindo, sigo por ti.
Que si estoy aquí es porque esto todavía no ha terminado, que aún me queda mucho por vivir junto a ti.
Aún nos queda mucho por vivir.

jueves, 16 de octubre de 2014

Mi teléfono no suena, supongo que eres tú.

Y aquí estoy, echándote de menos, haciéndome a la idea de estar sin ti. Desde que te fuiste nada tiene sentido. Juro que volvería a repetir estos 6 meses una y otra vez, solo por volver a ser feliz, solo por volver a ti. Por volver a ese nosotros que cambio mi vida, que llenó mi corazón.
Ahora los días pasan pero parecen eternos. Ahora los días transcurren sin más, nada importa si tú no estás. Las horas pasan pero parecen eternas. No me encuentro sin ti, porque te necesito para seguir. Estoy hecha de pedazos de ti, de nuestros recuerdos, de cada beso, de las noches en vela, y ya no sé que hacer, porque me rompo a cada minuto que no estás. Sé que lo hice mal, los dos lo hicimos, pero podíamos ser felices.
La esperanza es lo que más duele, pensar que vas a volver, que no me olvidarás, que eres la persona pero no el momento, que un día me dirás " Eh, te extraño, vuelve." Pero tengo miedo, porque eso quizá no pase. Me estoy desgastando cariño, los recuerdos me asaltan las 24 horas del día y ya no sé que hacer sin ti. Estoy perdida
《De pedacitos de ti, de tu voz, de tu andar. De cada despertar, del sentir, del caminar.》

miércoles, 15 de octubre de 2014

Te necesito.

Necesito esto, joder, necesito escribir. Por primera vez no se que decir, y eso me mata porque tengo demasiado dolor dentro. Pesan todas y cada una de mis palabras, me apuñalan y disparan. Dijiste adios en lugar de hasta pronto, y de verdad no lo esperaba, no creia que esto pudiera pasar. Pensé que esta era una vez más, una discursión que añadir a la lista. Pero no, este fue nuestro final. No sabes como me dolió verte, no eras tu, ya no eramos nosotros. No me mirabas como antes, había dolor en tus ojos, estabas roto, igual que yo. Llorar de nada vale pero aún asi no lo puedo evitar. Ya todo parece insignificante sin ti. Te juro que quería luchar esto, que lo intentaría una vez más, y me dejaste aquí sola, con una fecha tras la espalda y una maleta llena de recuerdos, con la cual ya no se que hacer. Reir parece casi imposible, lo sabes, te fuiste y me derrumbé. Quisiera volver atrás, borrar todo lo que hice mal, pero no puedo, y te pierdo, te estoy perdiendo. Has dicho adios y no quieres saber nada de mí, sé que duele cariño. No debería ser así, no. Pero lo es, ha llegado esa realidad a la que tanto temía, y he caído muy fondo, demasiado. Me siento sola, siempre sola, y no sé cuanto tiempo podré aguantar con esto, me puedes. No soy yo, una parte de mí se ha ido a tu lado, no me reconozco, me miro en el espejo y pienso en lo idiota que he sido al pensar que todo esto funcionaría. Lo teniamos todo, sí, todo en nuestra contra, y mis errores y los tuyos ganaron una vez más. Así que aquí estoy, pensando en si algún día podré recuperarte, rompiendome a cada hora que pasa sin ti, sintiendo vacío, muriendo de frío.

viernes, 10 de octubre de 2014

Encontrarte al despertar.

Se giró y se vio a si misma, de rodillas y frente a frente. Con la sonrisa desgastada y la mirada vacía de sueños. Reprochándose cosas sin sentido y que en realidad nadie comprendía. Se vio sola y vacía, rota por dentro, rendida; perdida. Ella siempre me decía que estaba feliz, mentía bien la muy jodida, pero llegó un día en el que se quedó sin mentiras que contar, y se derrumbó ante su propio yo. Comenzó a preguntarse que le verían los demás, que era eso que decían que había tan bello en ella. En realidad no estaba tan delgada como decían, no tenía esa sonrisa bonita que los demás le pedían ni ese pelo de revista que la gente quería, o eso creía. Buscaba defectos donde no los habían y eso la destruía más de lo que el resto lo hacía. Tenía las muñecas escondidas para no tener que justificar su cobardía. Y aunque nadie lo sabía, yo sí podía saber qué se escondía tras cada mentira. Se odiaba a sí misma y por mucho que lo negaba sus cambios no eran a mejor.
Se asustó y cerro los ojos.
 Al volver a abrirlos se encontró, más fuerte, más decidida, más feliz, más como siempre había querido ser. Lo juro, era perfecta de la cabeza a los pies, y hacía olvidar cada una de sus imperfecciones al reír. Tenía una risa tan cautivadora...era como todos decían que era, pero por fin lo veía ella misma. Y de sus ojos brotaba esperanza, ilusión. Nuevas oportunidades se avecinan, dijo. Me hizo saber que poco a poco todo iba a mejor, que iba a estar bien incondicionalmente,pese a quien le pese. En su cuerpo todavía quedaban cicatrices, pero curarían, lo aseguro. Conquistaba incluso con su caminar, con su voz, con cada gesto. Qué loco no iba a estar enamorado de ella si era todo lo que podían pedir? Se veía mejor, más verdad, más locura, más amor, más segura, más sencilla,más bonita. 
Bonita por dentro y por fuera, qué digo bonita, ¡PRECIOSA!

sábado, 27 de septiembre de 2014

XXVIII ♥

+6
Supongamos que todo esto es cierto.
En ese caso..
Me duele cada jodido kilómetro que nos separa. Tenerte lejos me puede, me destruye poco a poco. Me falta una parte de mi, me faltas; y sabes mejor que nadie como duele no tenerte, no tenernos. Extraño tus besos, tus caricias, tus abrazos. Extraño sentir tu respiración a 2 centímetros de mi boca y escuchar tu voz al lado de mi cuello, invadiendo cada parte de mí. Cierro los ojos y aún puedo perderme en tu olor, aún puedo recordar tu sonrisa tras cada te amo. Y extraño decirte ven, que lleguen las 12 y ya estar entre tus brazos. Decirte "eh, te quiero" al oído. Que pasen las horas, y no importe despedirse porque llegará el día siguiente y volverás a estar ahí, a la hora de siempre. Despertarte y decirte " Buenos días mi amor" y que te enfades y comerte a besos.
Y me gustaría que cada sueño se cumpliera, que estuvieras aquí, a mi lado. Abrazándome, haciendo más bella cada parte de mí, ayudándome a dormir, dejando marcas de tus dedos por mi cuerpo.
A tu lado comencé a necesitar una eternidad. Y es que todo el tiempo juntos me parece poco, suficiente, pero quiero más; siempre quiero más, insaciable. Juro no olvidar jamás cada mañana abrazada a ti, esos besos de buenos días que me recordaban que esto no era mentira. Sé que es pronto, que para muchos llevamos poco y que la edad está en nuestra contra, pero esta vez eres tú. Y es que es contigo con quien quiero despertarme cada mañana, porque los buenos días solo me los sabes dar tú.
Que ya van seis meses y no me canso de tenerte a mi lado. Seis meses en los que me has enseñado lo que es amar de verdad. Que a pesar de todo lo que nos separa, aquí seguimos un día más.
Supongamos que todo esto es cierto; que ahí estabas tú y ahí estaba yo, perfectamente complementados. Una única piel.

sábado, 20 de septiembre de 2014

De pensar que ya te tengo aquí a mi lado.

Y entonces pensé en lo que podríamos haber sido y se quedó en condicional. Pensé en las escapadas al salir de clase, en las cenas de aniversario, en el primer beso, en la primera vez, en las llamadas hasta las tantas de la noche y los mensajes de buenos días. Pensé en las madrugadas entre sus brazos y en los anocheceres por Madrid, en los besos de despedida y en los mensajes de reconciliación. Pensé en las comidas familiares y en los viajes a la playa; en el anillo de boda, en el bebé, en as noches en velas entre biberones y llantos; en la muerte a su lado, juntos.
Pensé tanto que comencé a soñar, hasta que abrí los ojos. Éramos dos desconocidos y un cruce de miradas, ni siquiera hola dijimos. Cada uno tenía su vida, él por su lado y yo por el mío. Cada uno por su camino, sin mirar atrás, pensando simplemente en lo que pudimos ser y nunca fuimos.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Cause you´re my wonderwall.


+ ¿ Te cuento un secreto?
- Dime.
+ Pero no se lo puedes decir a nadie, eh.
- Vale.
+ ¿Seguro?
- Sí.
+ Ámote.


martes, 16 de septiembre de 2014

I´m cut.

Y sentir que te voy perdiendo es lo más jodido de todo esto. Que ya no sé hacia donde van tus pasos, ni si acompañan a los míos. Que pensaba que lo peor era echarte de menos, y he descubierto algo que lo supera, ver que te pierdo. Que mis lunes han dejado de tener sentido sin tus buenos días, y los demás días también. Algo ha cambiado, y por mucho que me niegue a reconocerlo, quizás no tiene arreglo. Yo quería un para siempre a tu lado, y cada vez que lo pienso, lo veo más sueño y menos real. Que el dormir a tu lado ya no volverá a pasar, y la vida compartida nunca ocurrirá, que lo besos ya se van agotando y mi corazón ya se está rasgando. Lo que más duele es saber que ahora estás lejos y queda poco por hacer, es un juego de azar, o me quieres o me pierdes. Me canso de que todo salga mal, de no encontrar finales felices, de que lo que quiero desaparezca poco a poco y a golpe de martillo. No me acostumbro a la idea de poder estar sin ti, no quiero que todo esto sea real, no, otra caída más no, por favor.

Y ojalá todo esto no sea cierto, ojalá nunca tenga que reconocerlo.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Y quiero olvidar todo y empezar de cero.

A veces recuerdo como me miraba. Recuerdo sus ojos azules posados en mí. Misteriosos y penetrantes. A veces recuerdo su risa. Eran carcajadas fuertes que invitaban a unirte a la fiesta. Disfrutando del momento, sin preocuparse por lo que hubiese a su alrededor. A veces, y solo a veces, me permito derramar alguna lágrima por su recuerdo. Pero ya tengo asimilado que se ha ido, y que no va a volver nunca. Se fue sin decir adiós, por mi culpa. Creo que todo esto no habría pasado si no hubiésemos discutido; ni yo ahora estaría sentada aquí, pensando en lo mucho que le quería, en lo mucho que nos queríamos.
Ha sido mi culpa, sí. Lo reconoceré una y mil veces más, porque si no fuera por mí él no habría cogido ese tren sin vuelta. No solo le he lastimado a él, he lastimado a todos los que ya se han olvidado de sus buenos días y sus buenas noches, de sus idas y venidas, de sus abrazos... Nunca volverá, yo lo sé, y es que no podría aunque quisiera, no ha podido decidir. Me gustaría haberle dicho adios, pero no tendría sentido, si hubiera dicho adios nada habría cambiado, él seguiría sin estar aquí, y yo seguiría viniendo a la estación de tren en la que le perdí, dejando rosas en su tumba, que sé que le gustaban.

viernes, 29 de agosto de 2014

Necesito verte aquí.

Te marchas. Y yo me pregunto por qué debe ser así, por qué el destino no quiere que estés junto a mí. Te hablo. Y me dices que me extrañas, que la presión de no tenerme te mata y yo lo comprendo tan bien...como si no puidera seguir cuando no estás a mi lado. Te busco. Y no te encuentro, no puedo encontrarte porque ya estás lejos de mi, a 438 km, tal y como era antes. Te lloro. Lloro tu ausencia, aunque sé que volveremos a vernos, pero yo lo quiero ahora, te necesito aquí y ahora, hasta el resto de mis días.

jueves, 21 de agosto de 2014

Y mi cama se queja fría cuando te marchas;

Sola. El dolor se clava en mi pecho una vez más y no estás tú para sanarme. Me pregunto que harás sin mí en tu vida, me pregunto que haré sin ti en la mía. Y no encuentro una respuesta. Sin ti todo se va, desaparece, mi vida se esfuma, se gasta. La dejo pasar como quien deja que se consuma su cigarrillo sin fumar. Llámame exagerada, aunque yo diría enamorada. Enamorada de tu pelo, de tus ojos, de tu olor, de tu ropa, de tu caminar; enamorada de tu risa, del paso del tiempo a tu lado, de ti.
Me siento en esta cama y nos recuerdo, éramos felices, éramos uno. Recuerdo esos besos que me encantaban, me mataban y me hacían revivir. Recuerdo tus manos sobre mi cintura, tu piel junto a la mía. Me llega la melancolía y las lágrimas mojan poco a poco mis mejillas, cada vez más. 
Llega el momento de todos esos para siempre, llegan a mi mente, llegan a mi corazón y lo rompen en pequeños pedacitos, ya no hay solución si no estás a mi lado. Lo sabes al igual que yo lo sé. Y te callas. Y ese silencio me atrapa, me mata.

domingo, 17 de agosto de 2014

Y ese fue nuestro primer domingo juntos.

Sonó el timbre y abrí la puerta corriendo. Era él, con su sonrisa y ese olor que me tiene loca. Lo abracé y lo invité a entrar. Fuimos al salón y yo me volví a acomodar en el sofá en el que estaba anteriormente. Él se quitó la chaqueta y la dejó en una silla mientras me preguntaba qué tal estaba. Yo respondí que estaba enferma, tenía gripe, así que mal. Entonces vino, se sentó y me abrazó, muy muy fuerte. Le dije que me estaba ahogando entre risas y me abrazó aún más fuerte. Cuando me soltó por fin pude decirle un "saca bicho" de esos a los que ya le tenía acostumbrado. Me dió un beso en la frente y se metió en la manta, acostado a mi lado. La chimenea en frente nuestra consumía la leña poco a poco, creando un ambiente tan romántico que se ajustaba perfectamente al momento. Decidimos ver una peli, después de un buen rato de discursión sobre cual. Mientras él la ponía, con las pocas fuerzas que me quedaban fuí a la cocina e hice una tacita de café para cada uno. Con leche y tres cucharadas de azúcar el mio, sin leche y dos cucharadas de azúcar el suyo. Mientras esperaba al café vino y me abrazó, me dió uno de eses abrazos por la espalda que sabe que me encantan, y miles de mariposas se revolvieron en mi estómago. Me giró y me besó, y fue tan bonito... Volví al salón pero esta vez acompañada de él y comenzamos a ver la película. No sé, pero fue un momento de eses que no se olvidan. Yo en pijama y con un moño en lo alto de la cabeza, con las ojeras que acostumbro tener y sin maquillar. Él con una camiseta y en boxers, tan perfecto como siempre. Pasaba el tiempo y la película llegaba a su final, y así fue. Terminó despues de un buen rato de llorera por mi parte y de pañuelos gastados. Luego él hizo la cena, mientras yo preparaba la mochila para el día siguiente. Cenamos y nos fuimos a dormir, juntos, tal y como serían el resto de nuestros días.

martes, 8 de julio de 2014

There's no life after you.

Se levantó, salió y encendió su cigarrillo. Ya me había acostumbrado a ello, cada noche, en cada visita. Mientras él paseaba yo pensaba en la suerte que tenía. Él no lo sabía pero me encantaba verle a pesar de que le estuviera perdiendo poquito a poco. Podía perdonarle esa injusticia porque al menos estaba a mi lado. Entró de nuevo en el coche y nos miramos. Para mí había pasado una eternidad, no sé para él. Nos miramos como quien mira al amor de su vida, sin saber que el uno era la vida del otro. Se sentó y le abracé, como quien abraza a alguien al volver de un largo viaje. Y en ese momento, sonreí, porque podía sentir su calor, oler los restos de camel que habían quedado en él, sentir sus manos entre las mías y mi cuerpo encajando en el suyo a la perfección, como un puzzle bien hecho. Me besó, fue ese tipo de beso que me enamora cada día más. Ese tipo de beso que solo él puede dar. Ese beso que transmite tanto que por poco revientas de lo que se te mueve ahí adentro. Volvió a mirarme y me reí, el me preguntó porque y yo respondí que era feliz. Ahí comenzó el juego de miradas, el intercambio de palabras, la lluvia de sonrisas seguidas de mil carcajadas. Con él era siempre así, feliz. Podía ser quién quisiera porque sabía que me querrería, y esa sensación amigo, esa sensación es jodidamente genial.
Momentos como ese, se repitieron una y mil veces más. Siempre perfectos, siempre esperados con una sed insaciable. Siempre especiales, únicos, inigualables, nuestros.

miércoles, 28 de mayo de 2014

XXVIII ♡

Estaba esperando para escribir esto, esperando a estar segura, a que esto fuera real. Y sí, ha llegado la hora. Llevaba mucho tiempo queriendo decir lo mucho que te quiero, sin ocultarme, sin miedo a lo que pudieran decir los demás. Y esque es así, te quiero, y cada día que paso contigo te quiero aún más. Crecen mis sentimientos poco a poco, y me importas, me importas tanto que has cambiado mi vida, me has cambiado a mi. Has conseguido que cuando estaba a punto de derrumbarme me levantara, que siguiera caminando. En estos dos meses he aprendido poco a poco, ya que soy de aprendizaje lento, a formar un uno. Que no existe el tu y yo, aquí solo vale el (no)s(otros).Aprendí que si tú eres feliz yo soy feliz, que si te necesito estarás ahí. Estarás cuando nadie más esté, cuando ya no puedan aguantarme.
A veces pienso en rendirme, pero tú me recuerdas que sin ti no puedo, que eres la razón de cada sonrisa y la cura a cada lágrima. A veces pienso que esto duele demasiado, pero siento que nunca nadie me querrá como tú lo haces, que no darán ni la mitad de lo que tu ya has dado por mi. Y esque has dado muchísimo, y sigues dándolo, día tras día.
Y que no cambiaría tus buenos días por nada del mundo, ni tus buenas noches, ni las tardes "a tu lado", ni las llamadas por skype, ni los besos de despedida. No lo cambiaría por absolutamente nada, porque eres lo mejor que tengo, y poco a poco me voy dando cuenta. Eres todo lo que quiero, todo lo que siempre quise, todo lo que estaba buscando. Eres tú, único e irremplazable, mi 28.
No quiero prometerte nada, porque nunca me han gustado las promesas, pero exijo crecer a tu lado, exijo aguantar cada uno de tus ataques de celos y que tu aguantes los míos. Exijo un para siempre juntos.
 Que esto no se queda aquí El amor no surge poco a poco, surge a lo bestia.